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Siempre me he considerado una "chica Disney". A veces me avergonzó un poco, pero hoy... Hoy he vuelto a creer.
Nunca fui muy fan de Peter Pan, pero siendo una niña aun, recuerdo que me impactó mucho ver cuando el Capitán Garfio atrapa a los niños perdidos en su barco y todos comienzan a repetir "yo si creo en las hadas, creo... creo! Lo repetian sin querer, como si una fuerza más grande que ellos se apoderara de sus labios y les obligara a admitir lo que sus corazones realmente querían decir. Creo que hoy en día eso sería un poco molesto, pues solemos silenciar lo que nuestro corazón nos grita.
Desde ese momento comprendí que la vida no es tan diferente a un cuento de hadas y que solo siendo personas maduras podemos volver a creer en ellos.

Fui creciendo con las películas que mi tía solía regalarme. Tenía toda una colección de un montón de películas preciosas que veía una y otra... y otra vez sin cansarme jamás.
Cuando entré a la adolescencia y creí que todos estaban en mi contra, "Blanca nieves y los siete enanitos" me enseñó que realmente mi madre no era tan terrible! Ella tenía una madrastra egoísta y malvada que hacía ver a mi madre como la mujer más dulce y noble de la tierra. Entendí que los padres no tienen un manual para educar a los hijos y que si cometen errores es porque te aman y quieren lo mejor para nosotros.

Pronto me empezó a llamar la atención que la mayoría de las princesas solo soñaba con encontrar a su príncipe azul. Yo no entendía muy bien que le veían a un tipo que usa pantalones ajustados, pero era entendible mi cuestionamiento porque no tardé mucho en descubrir que me gustan las chicas y no los chicos.
Ariel hizo lo suyo con ese tema. Con la historia de "La sirenita" entendí que no importa si quien amas es diferente a lo socialmente permitido. Ella se enamoró del príncipe Erick que pertenecía a una raza distinta a la suya, pero ella estaba convencida de su amor y luchó por él, sacrificó su voz por lo que ella creía correcto, no se rindió, no tomó el camino fácil y no le importó contradecir a su padre. Asique yo me armé de valor y contradije al mio... Yo no estaba dispuesta a abandonar a mi princesa solo porque no parecía ser "lo correcto".

Tuve muchas veces crisis de identidad, queriendo ser personas que no era, siguiendo modas tontas que no estaban hechas para mi y fue "Aladín" y su genio quienes me mostraron que si alguien no te quiere por quien eres, entonces ese alguien no merece tenerte en su vida.
Actualmente Giselle me mostró que el mundo disney está a tan solo un pozo de distancia y que no siempre el destino debe estar escrito. Podemos hacer cambios, romper esquemas y amar a quien se nos de la gana, porque finalmente las hadas están en todas partes pintando el mundo de colores y si ellas se toman esas molestias por nosotros, ¿por qué no tomarnos la molestia de creer en lo bello?, ¿Por qué conformarnos con las guerras y la maldad tan solo porque es más fácil creer en eso?. No siempre lo que parece lo más "real" es lo que nos hace más felices.
La mágia está en todas partes, sólo hay que abrir bien los ojos. Finalmente puedo decir que yo si creo en las hadas y estoy completamente orgullosa de eso...



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